La Tierra se encuentra en el supercúmulo de Laniakea, una agrupación de varios supercúmulos de galaxias relativamente próximos entre sí. Uno de ellos es el supercúmulo de Virgo, en el cual nos encontramos.
Dentro de este supercúmulo se puede distinguir un grupo más pequeño de galaxias llamado Grupo Local al cual nuestra Vía Láctea pertenece junto con Andrómeda, la Galaxia del Triángulo y varias galaxias satélites.
La Vía Láctea es una galaxia espiral grande y la Tierra se encuentra en uno de los brazos espirales de la Vía Láctea denominado brazo de Orión.
El resto ya nos lo sabemos. Pero… ¿Cómo sabemos nuestra ubicación dentro de la Vía Láctea? es decir, ¿cómo sabemos que nuestro sistema solar se encuentra en el brazo de una galaxia espiral, a unos dos tercios del centro de la galaxia? Lo cierto es que no hay una respuesta corta a esta pregunta. Los astrónomos han utilizado multitud de técnicas para determinar la ubicación del sistema solar en la Vía Láctea. Veamos algunas de ellas.
La Vía Láctea es una galaxia espiral
Tratar de encontrar nuestra ubicación entre cien mil millones de estrellas, cuando no podemos viajar más allá de nuestro propio planeta, es como tratar de cartografiar un bosque atados a uno de sus árboles. Más o menos tendríamos una idea aproximada de su forma.
Cuando miramos al cielo vemos una banda irregular que se extiende sobre el cielo. Las estrellas se concentran de manera bastante uniforme a lo largo de la tira apreciándose una región en el centro donde la concentración es mayor. Esta observación indica que nuestra Vía Láctea es un disco plano de estrellas, con nosotros ubicados en algún lugar cerca del plano del disco. Si no fuera un disco aplanado, se vería diferente. Por ejemplo, si se tratara de una esfera de estrellas, veríamos su brillo por todo el cielo, no sólo en una banda estrecha. Además si estuviéramos por encima o por debajo del plano del disco (considerablemente), no veríamos que divide el cielo por la mitad; veríamos el resplandor de la Vía Láctea más brillante en un lado del cielo que en el otro.

La Vía Láctea vista desde el espacio como un disco plano de estrellas
Además diversos telescopios, tanto en la Tierra como en el espacio, han ayudado a crear una especie de collage de la Vía Láctea tomando numerosas imágenes en diferentes direcciones, más o menos es la misma técnica que utilizan los teléfonos móviles al realizar una panorámica. La concentración de estrellas en una banda se suma a la evidencia de que la Vía Láctea es una galaxia espiral barrada, es decir, es una galaxia espiral con una banda central de estrellas que se extiende de un lado a otro de la misma. Los brazos espirales surgen del final de la “barra”. En las galaxias espirales (normales), los brazos parecen surgir del núcleo galáctico. Si viviéramos en una galaxia elíptica, veríamos que las estrellas de nuestra galaxia se extenderían por todo el cielo y no sólo formando una banda.
Vivimos en uno de sus brazos
La posición del Sol, y por ende la del Sistema Solar, en la Vía Láctea puede llegar a saberse midiendo la distancia a la que estamos de las estrellas que vemos. A finales del siglo XVIII, el astrónomo William Herschel trató de hacerlo, llegando a la conclusión de que la Tierra está en el centro de una nube con forma de disco formada por estrellas. Sin embargo Herschel no era consciente de que la presencia de pequeñas partículas de polvo interestelar hacían que la luz de las estrellas más distantes del centro de la Vía Láctea fuera más oscura. Nos parecía estar en el centro de la nube, porque podíamos ver más allá en todas las direcciones. Para una persona atada a un árbol en un bosque lleno de niebla, parece que el bosque se extiende por igual en todas las direcciones.
La determinación de estas distancias no es tarea fácil. Mediante la observación del objeto cuando la Tierra está en los dos lados opuestos de su órbita alrededor del Sol, se puede llegar a medir el cambio en la posición aparente de este objeto en el cielo, en comparación con el fondo de los objetos más distantes. Esta técnica se denomina paralaje y permite determinar con mucha precisión las distancias utilizando la trigonometría.

Nuestro sistema solar se situaría en el paralelo (90º, 270º)
Cuando el astrónomo Harlow Shapley midió la distancia a los grandes grupos de estrellas llamados cúmulos globulares. Encontró que se distribuyen de forma esférica alrededor de 100.000 años luz de diámetro, centrado en algún lugar en la constelación de Sagitario. Shapley llegó a la conclusión que el origen de la distribución de los cúmulos globulares es el centro de la Vía Láctea. De manera que nuestro Sistema Solar debe estar en un punto entre Perseo y Sagitario habiendo bastante polémica entre si nos encontramos en un brazo independiente o si dicho brazo es un “puente” entre los anteriores.
En los últimos años, los astrónomos han refinado esta imagen, usando una variedad de técnicas de radio, óptica, astronomía infrarroja e incluso de rayos x, para llenar los detalles: la ubicación de los brazos espirales, nubes de gas y polvo, las concentraciones de moléculas y así sucesivamente.
Raúl San Martín // GeekMag
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Un comentario en “¿Cómo sabemos dónde estamos dentro de la Vía Láctea?”