Casi todos los gobernantes que rigen las naciones son marionetas obedientes del Nuevo Orden Mundial, dispuestas a aplicar a rajatabla sus mandamientos, que se encierran en dos: servicio a la plutocracia mundialista y promoción de la infecundidad.
Casi todos los gobernantes que rigen las naciones son marionetas obedientes del Nuevo Orden Mundial, dispuestas a aplicar a rajatabla sus mandamientos, que se encierran en dos: servicio a la plutocracia mundialista y promoción de la infecundidad.