A pesar de la creencia popular, muy pocas cosas en este mundo son exactamente como parecen. Este hecho se hace evidente en las crecientes “tensiones” entre las élites de Occidente y las élites de Oriente, sobre la crisis en Ucrania.

Es asombroso como muchas personas, por lo demás inteligentes, se niegan a considerar la evidencia, o incluso la posibilidad de que, en realidad, no haya ningún conflicto político o filosófico fundamental entre los grandes poderes de Oriente y Occidente.